La fortaleza viene de Dios que nos sustenta con el poder de su Espíritu y nos mantiene firmes ante cualquier adversidad.
El libro de Isaías sustenta esta afirmación:
41:10 No temas, porque yo estoy contigo; no desmayes, porque yo soy
tu Dios que te esfuerzo; siempre te ayudaré, siempre te sustentaré
con la diestra de mi justicia.
41:11 He aquí que todos los que se enojan contra ti serán avergonzados y confundidos; serán como nada y perecerán los que contienden contigo.
41:12 Buscarás a los que tienen contienda contigo, y no los hallarás; serán como nada, y como cosa que no es, aquellos que te hacen la guerra.
41:11 He aquí que todos los que se enojan contra ti serán avergonzados y confundidos; serán como nada y perecerán los que contienden contigo.
41:12 Buscarás a los que tienen contienda contigo, y no los hallarás; serán como nada, y como cosa que no es, aquellos que te hacen la guerra.
¿Cómo
hace una persona para recibir la fortaleza de Dios? Por fe. Comience
a recibir la fortaleza de Dios creyendo su promesa de fortalecerlo.
Esa fe estimulará su cuerpo, además de su alma y su espíritu. Por
la fe, usted puede recibir fortaleza para permanecer en un matrimonio
difícil, para criar a un niño difícil o para afrontar un trabajo
complicado en el cual hay un jefe problemático. Usted puede recibir
fortaleza para hacer grandes cosas, incluso si tiene algún
impedimento físico, y muchas veces para enfrentar cualquier situación dentro de su misma iglesia que quiera obrar en contra de los principios y hacerle dudar o caer. por eso David
dijo: “Dios es mi roca” (2 Samuel 22:2)cuando ponemos la mirada en Dios y no en los Hombres seremos prosperados en todo y no habrá tropiezo que pueda resistir al Rey de Reyes que va delante de nosotros para que alcancemos la meta con existo.